Vlad le hinca el diente a un trozo de carne cruda en un parque de Nueva York. No, no es el comienzo de ningun libro de jóvenes vampiros, es la práctica habitual de los seguidores, cada vez más de la dieta paleo. El creador de tal dice que se trata de comer como lo hacían nuestros antepasados, es decir, lo que podrías coger con una lanza en el bosque. Si te imaginas a Vlad llevando un taparrabos y saltando de liana en liana piensa de nuevo y piensa en un diseñador de paginas web de Manhattan (al que no podrías distinguir de entre la multitud de oficinistas) con traje gris, zapatos negros, cabello y barba cortitos; todo muy a la moda. El presupuesto de esta forma “ancestral y simple” de alimentarse es de unos 70 dólares americanos; nadie dijo que la carne orgánica de animales que sólo se ceban con hierba, tambien orgánica, o frutas y frutos secos libres de pesticidas fueran baratos.
Exactamente en ese mismo momento en la devastada Haiti un niño carga, lo que le permiten sus cortos brazos, con tantos paquetes de galletas energéticas desarrolladas epecificamente por el WFP para este tipo de eventos. Cada paquete de 100 gramos aporta 450 calorías, tiene vitaminas, proteínas y grasas y son bajas en azucar; es comida de supervivencia, la dieta del desatre. Cinco paquetes al día era la recomendación, pero en los días siguientes era tal el caos que pocos recibían suficiente, y los que lo hacían no recibían las intrucciones, así, unos comían sólo un paquete, otros todo lo que pillaban, El presupuesto de esta “moderna” forma de alimentarse es, probablemente menos de un dolar al día, pero nadie dijo que se puede elegir en un ambiente hostil, donde sobrevive el que come lo que sea.
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