Mind the gap.

Iba montado en su coche McLaren descapotable, despreocupado y sin prestar atención a nada más de unos pocos segundos, pero sin dejar de observar todo lo que ocurría a su alrededor. Se me antojó alegre, vivaz e ingenuo, aunque de alguna forma bastante infantil, parecía demandar la atención de todos los que por allí pasaban, que sin fijarse en el, en un primer momento, acababan mirando y sonriendo; bien por el espacio que ocupaba, o porque percibían lo mismo que yo, como en una especie de hechizo, sabiendo que era un tipo con suerte al que la vida sonreía. Al mirarme y fijar sus enormes ojos grises en mi me transmitió su alegría infinita, pero de pronto sentí la frialdad de la pena, al saber que no sería eterna. No hubo intercambio de palabras, no tanto por las circunstancias que nos rodeaban a ambos, sino porque sus limitaciones, más que evidentes desde el primer momento nos lo impedían. Supe que un caprichoso error del destino se interponía en nuestros caminos, y que cuando nos cruzara de nuevo, no nos reconoceríamos. Sonreí al comprender que a el me lo había encontrado para hacerme recordar que la felicidad inconsciente se llega a olvidar un día, y a partir de entonces se debe perseguir de forma incansable, cada instante, y de por vida. Cuando le miré por última vez el ya estaba absorto mirando a esa mujer mucho mayor, que de forma tan dulce besaba  su cara y le colocaba el chupete con tanto amor.

3 comentarios:

  1. qué bueno Ale. Allez, allez. Beso.

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  2. Qué bueno. Excelente...
    Por un momento pensé que estaba leyendo un corto sobre F.Alonso, o sobre algún hijo-pijo; luego, en su epílogo se me cayó la baba la saber de tan tierna anécdota o relato.
    Son palabras de cuento, con encanto.
    Fiuuu, qué bueno; muy tierno...
    Continúe, por favor con sus breves
    d:D´

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    1. Muchas gracias d:D' por tus palabras...debería ser más constante!!
      :)

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