Como te conozco

Es un gran paso el que se da cuando se come con alguien por primera vez. Desde que te sientas a compartir manjares se crea un vínculo; pero, ojo! es muy probable que llegados a este punto, o surja una gran amistad, o evitemos de por vida volver a repetir dicha situación, al menos con esa persona claro. Tanto lo que elije, como la forma de comerlo, nos dan una visión de la persona que tenemos delante (o al lado). Ese es el microcosmos, que llevado a lo más amplio de nuestro globo terráqueo se convierte en: la cultura gastronómica. La hora a la que se come, el tiempo que se invierte, las materias utilizadas, las cantidades que te sirven, y por supuesto el tiempo que tarda en llegar a la mesa son indicadores que nos dan gran información de como es el país, y su gente; y viceversa.Vamos de vacaciones al sitio más exótico que encontramos en el mapa, andamos por las maravillosas calles llenas de gente exótica, con tiendas exóticas llenas de lo que sea (pero super exótico todo) típico de ese lugar; ahora bien, si nos entra hambre ahí mismo, es muy posible que entremos en un McBurguerdeturno antes de probar algo super exótico que no tenemos ni puta idea de lo que es, y eso también dice mucho de nosotros, que nos seguimos creyendo algo por como vestimos y por lo que NO nos comemos. Desde mi llegada a Wellignton estoy asombrada tanto por su gastronomía como por como viste la gente, porque aquí hay días que hace frío, no como en Madrid pero frío, y me he quedado con cara de boba, de española boba, mirando a las tías en sandalias por la calle, con frío y puede que incluso lloviendo. Joder!, entonces me he acordado no sólo de todos los zapatos monisimos que me he dejado en casa, si no de todas las veces que en pleno invierno madrileño me hubiera calzado una buenas sandalias de verano... Tan tontos somos por dejar que nos digan como, cuando y con que nos debemos vestir, como por en vez de ir a un sitio de vacaciones, no querer ser parte de ese sitio; ser uno más, aunque sea sólo por unos días...porque si somos lo que comemos, y nunca nos arriesgamos, siempre seremos lo mismo. Fotos: arriba izqda: morsa chopstick común centro dcha: dragon fruit, Singapore abajo izquda: morsa común ingiriendo dragon fruit, con el consiguiente dolor de barriga

Hay vientos y vendavales...

Todo norte tiene su sur, pero, ¿es posible que lo que pasa en el sur no pase, al menos de igual manera en el norte?. Pues si, efectivamente, porque hay factores que determinan que lo que pasa en Wellington no pase en ningún sitio más. Esto es debido, principalmente al efecto embudo que hace con el estrecho de Cook, que junto con las variaciones del terreno, tanto en dirección como en altura, hacen de esta ciudad una puta locura. Sigo estas lineas dando datos sacados de fuentes oficiales, no sufráis, que luego voy con las observaciones personales.
En la región de Kelburn, el 10/4/1968, y durante la tormenta llamada Wahine (otro día iré al tema de la santa manía que tienen aquí de dar a las cosas nombres raros en Maori, que si es imposible saber que significan, imagina saber como se pronuncian) se registraron vientos de 200 (dos cientos) kilometros por hora. Pero el record lo ostenta una ráfaga registrada en Hau Nui, en la región de Waipara, el 19/10/1998 de 215 (dos cientos quince) kilómetros por hora.Ahora mis observaciones de campo, avaladas por los periódicos locales, claro. El dia 15 de este mismo mes se registraron vientos de hasta 125km/h, y yo, el día anterior tuve la mala, maliiiisima idea de poner la lavadora, y tender la ropa en el jardín. Por la noche, queridos familiares y amigos, no pude pegar ojo, no sólo porque pensaba que la casa se venía abajo literalmente, sino porque no me quitaba de la cabeza la imagen de diversas prendas volando por toda la ciudad, y luego reconociendo mis bragas en la puerta del supermercado. Esto, que seguro que a alguno os parecerá super descabellado, es lo que pasó exactamente al día siguiente; al salir a la calle vi al menos dos zapatillas deportivas de distinto modelo a lo largo de mi recorrido, pero ni rastro de ninguna braga indecente en la calle; para mi alegría toda la ropa que había tendido estaba en la cuerda, aunque, ahora que lo pienso, no recuerdo haberla tendido hecha nudos y retorcida en las cuerdas... A los más escépticos os dejo un par de videos, fuck y LOL; y para los más filosóficos una gran reflexión: menos mal que el viento no se tira pedos.